Imagen con mensaje

Sólo en caso de necesidad y después de habernos corregido a nosotros mismos, se puede reprender a los demás – San Antonio de Padua

Es más fácil dar consejos a los demás que aplicárnoslos a nosotros mismos. Tenemos la mala costumbre de criticar a los otros, de sacar a relucir sus defectos y de condenar sus dichos y sus hechos. Si mirásemos sinceramente dentro de nuestros corazones, descubriríamos que estamos necesitados de mejorar en nosotros lo que exigimos al prójimo. Más nos vale asumir que antes de querer poner en orden la casa del vecino debemos tener la nuestra sin manchas. Cuando tengamos que decir a alguien que ha actuado mal, pensemos antes si nosotros hemos actuado bien.

¿Te ha gustado? Comparte este artículo

Evangelio del día

Lucas 1, 5-25

Lucas 1, 5-25

En los días de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote de nombre Zacarías, del turno de Abías, casado con una descendiente de Aarón, cuyo

Continuar leyendo »
San Anastasio I

San Anastasio I

En Roma, en el cementerio de Ponciano, en la vía Portuense, sepultura de san Anastasio I, papa, varón de gran pobreza y de apostólica solicitud,

Continuar leyendo »