Los bienes terrenales están para que con ellos contribuyamos a hacer más feliz la estancia de todos los hombres a su paso por este mundo. Nuestra tarea, como seguidores de Jesús, no debe ser la de convertirnos en siervos de las cosas materiales, sino en utilizar éstas para que nos ayuden a construir un mundo más justo, de acuerdo con los planes de Dios. No sirvamos a las riquezas, sino hagamos con ellas que mejoren la vida de los hombres.

Mateo 21, 28-32
En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: «¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó