Santo del día

San Eulogio de Córdoba

San Eulogio nació en Córdoba hacia el año 800. Estudió en el colegio sacerdotal de san Zoilo y en la escuela del abad Sparaindeo, maestro sabio y santo. Allí coincidió con Álvaro de Córdoba, con el que trabó amistad que duró hasta su muerte. Fue éste quien escribió su biografía, en la que resalta sus virtudes y afirma que “tenía gracia para sacar a los hombres de su miseria y sublimarlos al reino de la luz». Ordenado sacerdote, se dedicó a la contemplación en los monasterios cercanos a la ciudad y a la cura de las almas. A los 48 años recorrió varios territorios de la península, donde conoció cómo vivían los cristianos que no estaban bajo el dominio musulmán y recopiló obras de clásicos latinos que llevó a las escuelas de Córdoba, donde no existían. Por defender a los mártires mozárabes, fue encarcelado con el obispo Saulo. En la prisión escribió varias obras, entre ellas el documento martirial de las santas Flora y María. Liberado de la cárcel, volvió a ser detenido y llevado a juicio por haber ayuda a esconderse a Lucrecia, hija de padres musulmanes, que se había convertido al cristianismo. Con ella fue juzgado y ante el tribunal defendió ardientemente el Evangelio de Jesús, siendo condenado a muerte. Fue decapitado y su cuerpo enterrado en san Zoilo, siendo, años después, trasladado a Oviedo, donde aún permanecen.

Otros santos del día:

• En la ciudad de Ancona, en el Piceno (hoy Italia), san Marcelino, obispo, que, según escribió el papa san Gregorio I Magno, por gracia de Dios libró a la ciudad de un incendio († s. VI).

• En la ciudad de Canterbury, en Inglaterra, san Adriano, abad, el cual, nacido en África, llegó a Inglaterra desde la ciudad de Nápoles, de la Campania, y muy preparado en ciencias eclesiásticas y civiles, educó egregiamente a gran número de discípulos († 710).

• En Escocia, san Felano, abad del monasterio de San Andrés, notable por su vida austera y por haber vivido en la soledad († hacia el año 710).

• En el monte Olimpo, en Bitinia (hoy Turquía), san Eustracio, apellidado “Taumaturgo”, abad del monasterio de Abgaro († s. IX).

• En Thénézay, en la región de Poitiers, en Aquitania (hoy Francia), san Honorato de Buzançais, mártir, que, siendo tratante de ganado, repartía su dinero entre los pobres y fue asesinado por unos ladrones a los que reprendía († 1250).

• En Certaldo, lugar de la Toscana (hoy Italia), beata Julia de la Rena, de la Tercera Orden de San Agustín, que permaneció encerrada en una pequeña celda junto a la iglesia, en la que vivió sólo para Dios († 1367).

• En Ancona, en la región del Piceno (hoy Italia), beato Antonio Fatati, obispo, que en todas las misiones que le encomendaron los Romanos Pontífices se mostró prudente y ecuánime, austero para sí y generoso para con los pobres y necesitados († 1484).

• En la ciudad de Nancy, en Francia, beata María Teresa de Jesús (Alexia) Le Clerc, virgen, que, junto con san Pedro Fourier, fundó la Congregación de las Canonesas Regulares de Nuestra Señora, bajo la Regla de san Agustín, para la educación de las jóvenes († 1622).

• En Seúl, ciudad de Corea, santas mártires Agata Yi, virgen, cuyos padres murieron también mártires, y Teresa Kim, viuda, que, estando en la cárcel, primero fueron azotadas y después degolladas († 1840).

• En el campo de concentración de Dachau, cercano a Munich, de Baviera, en Alemania, beatos José Pawlowski y Casimiro Grelewski, presbíteros y mártires, que al ser invadida Polonia durante la guerra fueron deportados, y consumaron su martirio en la horca († 1942).

(Del Martirologio Romano)

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