Un maestro que no dé ejemplos de lo que enseña tiene pocas posibilidades de ser comprendido e imitado. El cristiano que desee convencer a los demás solamente con sus palabras, está expuesto a que su enseñanza no sea útil. Porque la mejor predicación, como dice la sabiduría popular, es el buen ejemplo. Como vivamos seremos evaluados, por los hombres y por Dios.

Mateo 3, 1-12
Por aquellos días, Juan Bautista se presentó en el desierto de Judea, predicando: «Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos». Este es el

