A menudo nos afanamos en buscar la manera de transformar nuestra sociedad para que sea mejor y para esto solamente encontramos inconvenientes. Nos parece tarea imposible porque para cambiar todo lo que está mal creemos que son necesarias grandes actuaciones. No nos damos cuenta de que es posible transformar esta sociedad si somos tenaces en la tarea. Una sonrisa, un apretón de manos, un “gracias” o ”cómo estás”… ¡Qué manera tan sencilla de ser más humanos con todos y de trabajar porque el amor impregne nuestra sociedad!
Juan 21, 15-19
Habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos, después de comer con ellos, le dice a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?».