Imagen con mensaje

No es humilde quien no desea ser despreciado - San José de Calasanz

La humildad no es algo que se viva de palabra, sino que requiere que se practique con las obras. Para un cristiano, ser humilde consiste en reconocer la insignificancia de su propia persona y estar dispuesto a sufrir desprecios y a ser ignorado. El reconocimiento de la insignificancia que uno es, ha de llevar a vivir sirviendo a los que nos rodean y glorificando al Señor que nos ha hecho seguidores suyos, miembros de su familia y herederos de su Reino, sin nosotros merecerlo.

¿Te ha gustado? Comparte este artículo

Evangelio del día

San Atanasio

San Atanasio

Memoria de san Atanasio, obispo y doctor de la Iglesia, quien, preclaro por su santidad y doctrina, en Alejandría de Egipto defendió con valentía la

Continuar leyendo »