Santo del día

San Cayetano Catanoso

En Regio Calabria, en Italia, san Cayetano Catanoso, presbítero, que instituyó la Congregación de las Hermanas Verónicas del Rostro Santo, para alivio de los pobres y abandonados. Nació en 1879 en Chorio di San Lorenzo. Desde pequeño sintió la vocación sacerdotal. Ordenado sacerdote a los 23 años, fue nombrado prefecto de disciplina en el seminario y, después, párroco de una aldea muy pobre. Allí compartió las privaciones y sufrimientos de sus habitantes. Hombre piadoso y caritativo, practicó el sacrificio, la mortificación y la penitencia y fue un asiduo predicador del Evangelio y promotor del culto a la Eucaristía y a la Virgen María. Aceptó pacientemente las enfermedades y la ceguera que le afligió en la última etapa de su vida. Murió el 4 de abril de 1963). San Juan Pablo II le beatificó en 1987 y Benedicto XVI le canonizó en 2005.

Otros santos del día:

• En Tesalónica, de Macedonia, actualmente en Grecia, santos mártires Agatópodo, diácono, y Teódulo, lector, que, a causa de su confesión de la fe cristiana, en tiempo del emperador Maximiano, y por mandato del prefecto Faustino, fueron arrojados al mar con una piedra atada al cuello († hacia el s. IV).

• En Milán, en la provincia de Liguria, en Lombardía, región de Italia, muerte de san Ambrosio, obispo, que el día de Sábado Santo salió al encuentro de Cristo vencedor de la muerte. Su memoria se celebra el siete de diciembre, aniversario de su ordenación († 397).

• San Isidoro, obispo y doctor de la Iglesia, que fue discípulo de su hermano san Leandro y le sucedió en la sede episcopal de Sevilla, en la Hispania Bética. Escribió muchas obras de gran erudición, reunió y presidió varios concilios y trabajó con gran sabiduría y celo por la fe católica y por la observancia de la disciplina eclesiástica (636). Su fiesta litúrgica se celebra el día 26 de abril. 

• En Constantinopla, hoy Estambul, en Turquía, san Platón, hegúmeno, que durante muchos años luchó con ánimo invencible contra los destructores de las sagradas imágenes y, con su sobrino Teodoro, organizó el célebre monasterio de Studión († 814).

• En Poitiers, en Aquitania, en la actual Francia, san Pedro, obispo, que favoreció los comienzos de la Orden de Fontevrault y, removido injustamente de la sede, falleció exiliado en Chauvigny († 1115).

• En Siclo, de Sicilia, región de Italia, san Guillermo Cuffitelli, eremita, que, renunciando a la práctica de la caza, pasó cincuenta y siete años en la soledad y en la pobreza († 1411).

• En Palermo, en Sicilia, en Italia, san Benito Massarari, denominado el “Negro” por el color de su piel, fue primero eremita, y entró después en la Orden de los Hermanos Menores, mostrándose humilde en todo y siempre lleno de fe en la divina Providencia († 1589).

• En Catania, también de Sicilia, región de Italia, beato José Benito Dusmet, obispo, de la Orden de San Benito, que fomentó vivamente el culto divino, la instrucción cristiana del pueblo y el celo en el clero, y en tiempo de pestilencia prestó auxilio a los enfermos († 1894).

• En el lugar de Aljustrel, cerca de Fátima, en Portugal, san Francisco Marto, que, consumido por una enfermedad siendo todavía niño, brilló por la suavidad de costumbres, la perseverancia en los sufrimientos y en la fe, y también por la asiduidad en la oración († 1919). Su fiesta litúrgica se celebra el 20 de febrero junto con la de su hermana Jacinta. 

(Del Martirologio Romano)

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