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No temo a lo que los hombres puedan hacerme por decir la verdad. Solo temo a lo que Dios me haría si mintiese – San Juan Bosco

Resulta muy fácil escabullirse entre las mentiras, las medias verdades y los silencios cómplices. Porque, a menudo por no decir siempre, decir la verdad conlleva costes de todo tipo: enfados, enemistades humanas, incomprensiones, perjuicios de todo tipo y hasta rechazos y condenas. Pero si realmente buscamos hacer el bien, que es para lo que hemos sido llamados, estamos obligados a decir la verdad en todo tiempo y lugar. Con respeto, con caridad.

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Evangelio del día

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San Bruno

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