La fe nos trae seguridad. Porque a través de ella comprendemos cuanto sucede en nuestras vidas y en las de los que nos rodean. Podemos entender mejor cuanto pasa en el mundo, tanto lo bueno como lo malo. Sin fe, todo nos puede parecer sin sentido. Incluso el ser humano, que fue creado a imagen de Dios y salvado por Él, pierde su valor transcendental.
Juan 10, 22-30
Se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación del templo. Era invierno, y Jesús se paseaba en el templo por el pórtico de Salomón.