Seguir a Jesús, reconociendo que es el Hijo de Dios que vino a salvarnos, es el principio sobre el que ha de basarse el comportamiento de todo creyente cristiano. Proclamemos, como hizo el apóstol, que Él es nuestro Rey y Señor. Sintámonos llenos de gozo porque somos herederos del único reino que merece ser conquistado, aunque sea preciso dar por ello nuestra vida terrenal.
Juan 18, 1-19, 42
¿A quién buscáis? A Jesús, el Nazareno Cronista: En aquel tiempo, salió Jesús con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde había un