Hacer bien al otro, al prójimo, sea éste cercano o desconocido, es lo correcto. Y hacerlo por amor, desinteresadamente, sabedores de que es lo que mantiene vivo el Espíritu que nos mueve a ello. Porque la fe que hemos recibido nos obliga a ello. Toda la enseñanza del Evangelio está resumida en una palabra: amar. Y quien ama lo hace no de palabra, sino con hechos.
Juan 15, 9-11
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis