Los amigos de verdad, no los interesados por cualquier motivo, ayudan siempre en los momentos más difíciles, logrando que éstos resulten más llevaderos. Pero tener amigos verdaderos requiere que seamos capaces de ser también nosotros bálsamos que curen heridas y sonrisas que venzan tristezas de aquéllos. Hacer amigos exige que estemos dispuestos a dar más que a recibir.

Juan 5, 31-47
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: «Si yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es verdadero. Hay otro que da testimonio