El Papa pide rezar por las mujeres religiosas y consagradas

 

El Papa Francisco, en su intención de oración para el mes de febrero, que expone a través del Vídeo del Papa, agradece la misión y la valentía de las mujeres religiosas y consagradas y pide rezar por ellas “para que sigan encontrando nuevas respuestas frente a los desafíos del tiempo actual”.  El Santo Padre considera a estas mujeres vitales para la vida de la Iglesia y las exhorta a seguir con sus obras apostólicas. “¿Qué sería la Iglesia –se pregunta– sin las religiosas y laicas consagradas?” “No se puede entender la Iglesia sin ellas”, añade a continuación.

Francisco reitera, una vez más, su mensaje de ayuda a los más débiles y pide a las mujeres religiosas y consagradas que centren su labor apostólica haciendo “incidencia con los pobres, con los marginados, con. Todos los que están esclavizados por los traficantes”.

También reconoce el Papa en este vídeo que algunas veces las mujeres religiosas son “injustamente tratadas, incluso dentro de la Iglesia”. Las llama a que luchen contra esto y a no desanimarse. Les pide que sigan mostrando “la belleza del amor y compasión de Dios como catequistas, teólogas, acompañantes espirituales y “a través de las obras apostólicas que realizan”.

Texto íntegro.

“Este mes, rezaremos de manera especial por las mujeres religiosas, las mujeres consagradas.

¿Qué sería la Iglesia sin las religiosas y laicas consagradas? No se puede entender la Iglesia sin ellas.

Animo a todas las consagradas a discernir y a elegir lo que conviene para su misión frente a los desafíos del mundo que estamos viviendo.

Las exhorto a seguir trabajando y hacer incidencia con los pobres, con los marginados, con todos los que están esclavizados por los traficantes; especialmente les pido que hagan incidencia en esto.

Y recemos para que puedan ellas mostrar la belleza del amor y la compasión de Dios como catequistas, teólogas, acompañantes espirituales.

Las invito a luchar cuando, en algunos casos, son injustamente tratadas, incluso dentro de la Iglesia; cuando su servicio que es tan grande se lo reduce a servidumbre, a veces por hombres de la Iglesia

No se desanimen. Sigan dando a conocer la bondad de Dios a través de las obras apostólicas que hacen. Pero sobre todo a través del testimonio de consagración.

Recemos por las mujeres religiosas y consagradas, agradeciéndoles su misión y valentía, para que sigan encontrando nuevas respuestas frente a los desafíos del tiempo actual.

Gracias por lo que son, por lo que hacen y por cómo lo hacen.”