EL PAPA PIDE REZAR POR LA JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD

EL PAPA PIDE REZAR POR LA JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD

 

La intención de oración del Papa para este mes de agosto invita a rezar para que “la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa nos ayude a los jóvenes a ponernos en camino, danto testimonio del Evangelio con nuestra propia vida”.

Jóvenes del Movimiento Eucarístico Juvenil -que es la sección juvenil de la Red Mundial de Oración del Papa, que cuenta con 1.700.000 miembros en 60 países-, desde Filipinas, Brasil y Costa de Marfil plantean a Francisco estas preguntas sin filtro: si la Iglesia se está reduciendo a “cosas de viejos”; por qué se eligió a María como tema de la Jornada Mundial de la Juventud; qué espera el propio Papa de este encuentro mundial de jóvenes en Portugal.

El Santo Padre responde que «la Iglesia no es un club para la tercera edad, como tampoco es un club juvenil. Si se convierte en algo de viejos, va a morir. San Juan Pablo II decía que, si vivís con los jóvenes también vos te volvés joven, y la Iglesia necesita a los jóvenes para no envejecer».

Sobre el motivo de la elección del lema para la JMJ, «María se levantó y partió sin demora”, el Papa explica que «María, en cuanto sabe que va a ser la madre de Dios, no se queda allí tomándose un selfie o presumiendo». «Lo primero que hace es ponerse en camino, a toda prisa, para servir, para ayudar. También ustedes tienen que aprender de ella a ponerse en camino para ayudar a los demás», continúa.

Por último, al consultarle su expectativa, Francisco desea ver «en Lisboa una semilla del mundo del futuro». Es decir, «un mundo donde el amor esté en el centro, donde nos podamos sentir hermanas y hermanos».

Añade Su Santidad que «Estamos en guerra, necesitamos otra cosa. Un mundo que no tenga miedo a testimoniar el Evangelio», precisa. «Un mundo con alegría, porque los cristianos si no tenemos alegría, no somos creíbles, no nos cree nadie».

«Oremos para que la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa nos ayude a los jóvenes a ponernos en camino, dando testimonio del Evangelio con nuestra propia vida», concluye el Sucesor de Pedro.