A veces confundimos el amor con otras muchas cosas que los hombres hemos inventado para justificar nuestros egoísmos personales. Quien ama de verdad tiene que estar dispuesto al sufrimiento, incluso a la entrega de sí mismo, y esto siempre es doloroso. Pero, al mismo tiempo, llena de gozo pues el amor total es la antesala de la gloria que nos espera.
Juan 20, 1-9
El primer día de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.