Por mucho que amemos, nunca llegaremos a igualar el amor que Dios nos tiene a cada uno de nosotros. Porque Él nos ama incluso más que lo que podamos amarnos a nosotros mismos. Quiere que seamos felices haciendo el bien. Para que compartamos su gloria una vez hayamos cumplido nuestra misión aquí en la tierra. Nos ama hasta el punto de que nos ofrece su perdón siempre que somos infieles.

Lucas 1, 39-56
En aquellos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de