A menudo no queremos oír las llamadas insistentes que Dios nos hace. O porque estamos rodeados de ruidos egoístas y mundanos. O porque nos entra miedo a abrirle nuestro corazón. Si tuviéramos la valentía de escucharle, descubriríamos que con Él todo nos irá mejor. Que seríamos mucho más felices. Porque con Él dentro de nosotros, todo es diferente. Mucho más hermoso y placentero.
Juan 13, 1-15
Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los