No quedarnos con nada para nosotros mismos, salvo la fe, y aún ésta debemos compartirla y transmitirla. No cansarnos nunca de dar de lo material y de lo espiritual que poseamos, porque no nos pertenece nada. Lo que tenemos, Dios nos lo dio para que lo repartiéramos entre quienes lo necesiten. Dar, sin descanso, sin cansarnos. Cuanto más demos, más querremos dar.
Juan 14, 7-14
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si me conocéis a mi, conoceréis también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis