No hemos sido colocados en la sociedad de la que formamos parte para vivir aislados. Ni para que gire todo en torno nuestro. El cristiano está llamado a formar comunidad con los que le rodean. Sin sentirnos nunca superiores a los otros. Estamos destinados a formar la familia humana en la que debemos aportar cuanto somos para el bien común. Para que el Dios Uno y Trino sea la fuerza que nos lleve a conseguir que el mensaje del Evangelio llegue a todos.

Lucas 1, 5-25
En los días de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote de nombre Zacarías, del turno de Abías, casado con una descendiente de Aarón, cuyo

