Imagen con mensaje

Considero no tener mayor felicidad que la de entregar muchas almas al Corazón divino – San José María Robles Hurtado

El amor que decimos profesar a nuestro Señor nos obliga a trabajar por implantar su reino en este mundo. Un reino de paz, de amor y de justicia. Un reino donde todos seamos hermanos, hijos del mismo padre, que es Dios. Un reino que no se instaura con armas, ni con imposiciones, sino con el ejemplo de cada uno de los que tenemos fe en el Salvador. Si nos esforzamos en esta misión, nuestra alegría será grande. Porque estaremos trabajando por hacer realidad los mandatos del Señor y no hay alegría mayor que hacer su voluntad.

¿Te ha gustado? Comparte este artículo

Evangelio del día

Juan 20, 1-9

Juan 20, 1-9

El primer día de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.

Continuar leyendo »
Santa Inés

Santa Inés

Santa Inés nació en Montepulciano, en la Toscana italiana, en 1268, en el seno de una de las familias principales de la ciudad. A los

Continuar leyendo »