Imagen con mensaje

No debemos permitir que alguien se aleje de nuestra presencia sin sentirse mejor y más feliz - Santa Teresa de Calcuta

En derredor nuestro vemos continuamente personas apenadas. Múltiples son las causas de ello. Los que tenemos el don de creer en Cristo podemos hacer que sus penas sean menores. Basta que nos lo propongamos, desde nuestra humildad. A veces una sonrisa, un apretón de manos, una palabra de aliento, ayudar en una gestión, acompañarla en los momentos peores… Tantas y tantas son las cosas que podemos hacer para mitigar las penas de los demás… ¿A qué esperamos para sembrar un poco de felicidad entre los que nos rodean?

¿Te ha gustado? Comparte este artículo

Evangelio del día

Juan 6, 52-59

Juan 6, 52-59

En aquel tiempo, disputaban los judíos entre sí: -«¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?». Entonces Jesús les dijo: -«En verdad, en verdad os

Continuar leyendo »
San León IX

San León IX

En Roma, en la basílica de San Pedro, san León IX, papa, que primero fue obispo de Tulle durante veinticinco años, defendiendo enérgicamente a su

Continuar leyendo »