No es amor auténtico aquél que se queda solamente en las palabras, por muy hermosas que éstas sean, o en el deseo que no llega a transformase en hechos. Se requiere, para que el amor sea auténtico, que lo demostremos con hechos reales, con actuaciones que, a menudo, nos cuesta realizar. Hoy más que nunca son necesarios los cristianos que viven su fe de manera consecuente: haciendo el bien por allá por donde pasen.
Juan 18, 1-19, 42
¿A quién buscáis? A Jesús, el Nazareno Cronista: En aquel tiempo, salió Jesús con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde había un